Recomiendo explorar el barrio a pie. hay rincones escondidos que valen la pena descubrir, como pequeñas tiendas de artesanías.

La atención de los anfitriones es verdaderamente excepcional.

Lamentablemente, no todas las expectativas se cumplieron. El baño era bastante pequeño, lo que resultó incómodo. Además, nos sorprendió la falta de limpieza en algunas áreas comunes, principalmente en el patio, que prometía ser un oasis. Por último, el desayuno, aunque sabroso, no fue tan variado como esperábamos.

Qué maravilla de estancia! Los desayunos son simplemente inolvidables, con galletas recién horneadas que nos dejaron pidiendo más. Además, el patio de 300 años es un auténtico oasis para relajarse tras un día explorando la ciudad. La acogida de Ausi e Imanol fue excepcional, haciéndonos sentir como en casa.

Tuvimos un pequeño contratiempo con nuestra perra, pues quisieron asegurarse de que no la dejáramos sola en la habitación. Sin embargo, sus amables soluciones lograron que todo funcionara sin problemas y seguimos disfrutando de nuestra visita.

recomendaría este lugar for un breve retiro

Acogedor espacio, amable trato, y la estadía fue excepcional, especialmente gracias a las comodidades como el wi-fi y la televisión de pantalla plana, además de la facilidad para visitar lugares cercanos, dado que el transporte desde el aeropuerto es conveniente.

No he tenido ningún problema.

el ambiente es acogedor, te sientes como en casa. el baño podría ser más grande.

La habitación amplia, con una cama enorme y súper cómoda. Desayunos en el patio, un deleite. El barrio muy tranquilo, se puede llegar a la Mezquita caminando. Nuestro anfitrión nos trató de maravilla, como si fuéramos de la familia.

No hay edificio moderno, pero el encanto del patio lo reemplaza todo.

comodidad habitación, hermosa decoración, escaso ruido.